Por:Roberto Veras
Un abogado fue asesinado recientemente, ha sido una muerte de las más
atroces ocurrida en los últimos tiempos.
Estos son signos de una "sociedad que se corroe cada día" de
la que los medios de comunicación hablan a diario.
La República Dominicana está sufriendo un serio declive moral y ético, pero nadie parece tener las respuestas.
Una de las maneras en que podemos
juzgar a una sociedad civilizada es por el nivel de seguridad que sienten sus
ciudadanos.
Por el momento, los dominicanos viven
con miedo. Los padres temen dejar a sus hijos solos.
El asesinato más reciente se llevó a
cabo presumiblemente en una universidad a
plena luz del día.
Como dijo una madre, ¿cómo podemos
proteger a nuestros hijos de esto? Este es un declive rápido no solo en la base
ética de nuestras comunidades sino en el nivel de civilización que podemos
reclamar para nosotros mismos.
Ya no somos civilizados, sino que
estamos a punto de volvernos salvajes, cuando toda una generación de jóvenes
está preparada para matar.
En vista de esto, ¿es suficiente que sigamos
culpando a otras personas de nuestras responsabilidades?
No podemos seguir culpando a los
hogares rotos por padres ausentes.
El primer paso para recuperar a
nuestras comunidades del abismo de la decadencia moral es que nuestros
políticos den un paso al frente y comiencen a asumir sus responsabilidades ante
la sociedad.
En cambio, ¿qué es lo que vemos? ¿Qué
ejemplo moral establece nuestra clase dominante? Que se enriquecen de la noche a la mañana
exhibiendo enormes riquezas.
Una sociedad corrompida no se puede arreglar de abajo hacia arriba.
Los recursos, los modelos a seguir y la restitución física deben venir de la
parte superior.
Si no hay una voluntad política para
hacer esto, si la voluntad política intenta fomentar una sociedad quebrantada
en lugar de solucionarla, entonces nosotros, como padres, debemos prepararnos
para una tragedia aún mayor en el futuro.
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